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¿Alguna vez te arrestaron en las Cataratas del Niágara disfrazado de payaso y fuiste a la cárcel con el disfraz puesto? ¿Alguna vez te deslizaste por un tubo de pole dance en Miami bailando al ritmo de Depeche Mode? ¿Qué tal pintar murales en Nueva York y fumar polvo de ángel por equivocación? ¿Quizás te secuestraron en las montañas venezolanas?
Tres de esas cosas son ciertas. ¿Cuáles? Bueno, es tu tarea descubrirlas.
Nabila Valera nació en Venezuela en 1986 y creció en Caracas, la capital. En largos viajes en coche con su madre, vio por primera vez el bordado guajiro. Este arte se originó en las tribus indígenas de lo que hoy conocemos como Venezuela y Colombia, y es evidente que es una de las principales influencias en el arte de Nabila. No sorprende que sus ancestros se remonten a la región andina y que la herencia indígena esté fuertemente arraigada en su ADN.
Nabila describe su arte como conversaciones consigo misma, y se nota que estas conversaciones están impulsadas por una visión sin complejos del mundo y de los seres humanos. Sus coloridas frases, como "Estoy bien" o "El amor salvará el día", dicen mucho sin exagerar. A veces son divertidas, a veces brutales. A veces, ambas.
Cuando le preguntan qué despierta su curiosidad, responde: «Las texturas, sin duda el tacto es el sentido que más disfruto, y el mío es muy agudo. Me gusta sentir el mundo a través de mis manos; siempre estoy tocando todo. Todo lo que se pueda tocar me despierta la curiosidad».
A principios de 2022, Nabila creó una colección de obras en Miami, que vendió en su totalidad al reconocido coleccionista de arte John Marquez. Sus piezas "Los corredores", "Bienvenido", "Tupac" y "Todos tenemos cicatrices" forman parte de una de las mejores colecciones, junto con obras de Kaws, George Condo, Hernan Bas, Nicolas Party y Haroshi. Posteriormente, realizó exposiciones en la Galería NBB de Berlín y en la Galería Mindy Solomon de Miami.
A mediados de 2024, se adentró en el Delta del Orinoco, en la comunidad de Waraos, para recolectar fibra y aprender a producirla. Desde entonces, se ha sumergido en lo recolectado de ese viaje.